martes, 9 de diciembre de 2008

"Bullying en Preescolares"


Múltiples estudios realizados a nivel internacional, han encontrado que en países como Inglaterra, España y Estados Unidos, niños de cuatro años tienen conductas que están catalogadas como matonaje.


En ese sentido los estudios dejan en evidencia entre sus hallazgos que existen niñas que aislan a una compañera, en otros casos hay menores que acostumbran a tratar con sus pares a golpes o mordidas.Un estudio efectuado en España aplicado a 92 niños y niñas con edades que fluctúan entre los 4 y 6 años, con la metodología de mostrarles viñetas con escenas de violencia e intimidación, en las que los niños debían afirmar en primer término si habían visto esa conducta en la sala de clases y luego reconocerse en alguno de los roles, el 36% reconoció ser agresor, mientras que el 29% son las víctimas y el 17% están dentro de la tipificación de colaboradores de la agresión.


El sistema educativo en los últimos tiempos ha sido testigo que alumnos de liceos han resultado con fracturas en la nariz, pómulo, lagrimal desviado, golpizas brutales en el patio, agresiones con arma blanca, lo cual ha dejado como secuela menores atendidos en los centros asistenciales y una comunidad educativa que debe adoptar medidas ejemplarizadoras avaladas en el reglamento interno de los colegios. Estos casos de matonaje, comparten muchas características que tienen los casos de bullying que vienen lamentablemente a engrosar las listas negras de los colegios.Según la opinión de los expertos la edad en que el matonaje alcanza su punto máximo es entre los 10 y los 13 años, sin embargo el fenómeno se está adelantando no sólo con casos en cuarto año básico, primer año e incluso a nivel preescolar.


Bajo esa óptica, y ante esa precocidad, es muy necesario que los padres estén atentos a las señales, que se vislumbran en dos períodos claves, como son el inicio del maltrato, cuando los niños están más ansiosos y al final, cuando temen por su integridad física o bien tienen depresión.Las señales indican los expertos van desde cambios bruscos de ánimo a la pérdida de interés por el contacto social y que son comunes entre los hombres y mujeres, aun cuando hay diferencias de fondo entre la agresión que sufren los niños y las niñas.


Los hombres por naturaleza suelen ser tres o cuatro veces más violentos físicamente, en cambio en las mujeres se dan con mayor fuerza las palabras hirientes y por esa razón, es más difícil identificarla.Está claro que ni el agresor ni el agredido ganan, porque el niño violento puede tener tantos problemas como su víctima.


Diario la Prensa

Mg. Roberto Maldonado Pumarino

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